martes, 29 de agosto de 2006

ÚLTIMO ENCUENTRO


Me propone un país nocturno-gavilán
una montaña desplomándose,
lava, y pulmón para buscarla.
Me ofrece el insólito riachuelo
que podré ahogar dos veces.
Una tabla de salvación podrida.

Me brinda mamoncillos [1] goteando
camino pronto y al final mediodía.
El metal transparente de la huída.
Un cohete fotónico para olvidar.

Luego se va, porque siempre hay sapos [2]
que hacen señas con ánima de “date prisa”.
Y uno se conforma qué diablos puede hacer
con un yogur sin la zancadilla polar del monstruo dulce,
que es como un vaso de cumplidos.
Y piensa, aún la hoja picante de la mano
posiblemente a un suspiro del fuego,
babieca, por enésima vez:

vamos a ver si cumple.
[1] mamoncillo: (Cuba) Fruto del árbol homónimo, pequeño, redondo, de cáscara dura y pulpa jugosa, comestible.
[2] sapo: (Cuba) Persona que molesta con su presencia a una pareja de enamorados.

domingo, 27 de agosto de 2006

MODELO... (final)


VI
-Que seas el único insecto inmune aún después de los misiles
-Que nada sustituya tu cohete de propulsor líquido
y rindas viaje lejos
-Que allá cambies el agua de tu corazón por basalto
-Y que vuelvas a mí de Pascua a San Juan como quásar
o rayo esférico
aunque entonces yo te haya enterrado
y aunque un robot perro te ahuyente como a extraño
aunque me encuentres solo
pero firme insoportable lastimoso
con los únicos pies sobre la tierra.

NOTA: Modelo para un solo pintor fue publicado íntegramente por Letralia; este poema también apareció en Ficcioneros y en Río Grande Review.

sábado, 26 de agosto de 2006

MODELO... (continuación)


V

No llores.
Mira que se van los ojos como peces
a flor de la crecida.
Mira que escapa
la posibilidad del arco iris.
No llores. No largues esa herida
colgada de mis labios.
...
No llores para teñir la soledad;
a ese pájaro sin nido y triste
le conozco muy bien. Y no vale la pena.
Y la almohada es un barco sin rumbo
que apenas si nos guarda de las altas horas.
...
No llores nunca.
Y en todo caso
afloja los arroyuelos que te asaltan
aquí en mi pecho,
en este pedazo hondo
de no decir adiós.
A que sea yo el culpable
el centro del mundo
el horizonte.

A que te salves del vacío
sobre las tablas de un corazón
que no supiste usar;
o a perecer los dos
en ese anzuelo Saturno envenenado
que no vamos ahora a discutir
quién fue el primero
que lo dejó en el agua.

miércoles, 23 de agosto de 2006

MODELO... (continuación)


IV

Me quedaré sin vasijas verdes de cerámica.
Se romperán todas delante de ti
como misiles tontos.
Renunciaré al té
a su egoísmo;
a la hazaña de no beberme
los icebergs de la sed.

Y será el tiempo de los virus mártires
y vecinos decapitados por la envidia.
Porque entrarás tú por la puerta de alante
y no habrá riesgo de morir deshidratado. /Con un beso
nos desbordamos, huimos definitivamente
sobre el pasto. Bajo el espejo
roto de ayer
como una lágrima puesta a secar
en labio ajeno.

Como una lágrima de almíbar
entras por esa puerta,
y ya.

lunes, 21 de agosto de 2006

MODELO PARA UN SOLO PINTOR


I

Todo modelo es útil
pero cruel.
Tú sabes lo que duele sentarte ahí
de espaldas al sueño
cuando será imposible ascender a tu huerto
desde la sombra irrepetible de tus vértebras.
Tú sabes lo que cuesta imaginar del otro lado
la primavera imberbe
esa pajita al viento que te quieren robar
como si pan del mejor día.
Creciendo la muy flor,
pero a cuál río.

Pero no mudes la pose.
Quédate los minutos que faltan de tortura,
que los muchachos no acabaron
de amarrarte al silencio de sus papeles cóncavos.
No te muevas. Que tú aceptas el amor
deambulando más acá del círculo del sexo,
pero si cargas con tu rostro madrugador
a otro punto que no sea el mar de la pared donde te espumas,
entrarán con el arco suicida de tus ojos
los celos,
tan o más brutales
que diez minutos de tus costillas solas
a merced del grafito.

Que si te vuelves
no respondo de mí.

II

Dile a mamá
que dividí tu ansia en dos
desde el laurel de la primera frase
-y buen narciso como soy
traigo conmigo la parte piedra de los ojos
para rodear la tierra que nos resta,
para el regreso mío, que es siempre a las tantas
y hay escasez de luna en este mundo.

Dile que hago esfuerzos bestiales
sobre el abismo del mercurio
a ver a qué animal de luz se me parecen;
a ver si dejo huellas de su sueño en los míos
para no verme solo cuando te los devuelva.

Dile eso
y todo lo que apartamos tú y yo para mañana
por bobos, y temerosos de matarnos al niño.
Ya sé que serás fiel.
Pero no olvides repetir esas palabras espinosas
que las mamás esperan como azucenas el domingo:
decirle, simplemente,
que nos llevamos bien.

O habríamos caído
en quién sabe cuál círculo
de su amoroso infierno.

III

Tú que serás piel de manzana
fruta de nadie bajo el ardor
de la vidriera ciega.
Tú presa oculta
corazón de dalia y hojalata
no consientas que escape al infierno del honor
tu poca cosa.
No. Por lo que más quieras.
Que la paz del cuerpo recuerda la historia
del tabaco.
Y hace frío esta noche
y mi cama de lobo solitario
es cada vez más una burbuja.

Date un salto ahora mismo;
aprovecha que es verdad la madrugada.
O amaneceremos con los ojos sellados
por el miedo a nosotros
y hundiéndonos el corazón a contraluz.

viernes, 4 de agosto de 2006

LA MÍNIMA SEÑAL


I

Aguas desbordan en tu cuerpo,
voces traslúcidas, migajas de noviembres.
Y yo amanezco de tronco,
de saudade, estrépito sin nombre
y busco inútilmente mi puesto en la corriente.

II

Eres tú, una esperanza singular,
el humo que escapa del resuello
a ser animal de otros y aguacero y sollozos.
La brisa, la esencia de la tierra
y hasta el hambre, las astillas,
la sonrisa que asciende con la primera llama.

III

Los vientos invierten su ruta cuando arribas.
Sin compases me encuentras, vences mi monte,
reposas como ave.
Cambias -pierdes- el norte: soy un espectro
al resistero: no hay forma de evadir mi trampa.

IV

Tus ojos tienen miedo a regresar.
Los míos temen amanecer cerrados.
Mirémonos aquí,
que juntos podremos tramontar la noche.

V

Un beso es la cópula posible,
el borde cálido en que nos arriesgamos
a descifrar las estridencias interiores,
la música para vencer caprichos fósiles
y el remolino donde rompe el tremor de la carne.

VI

Tus manos tienen mucho que decir.
Suéltalas a mi lado como espejo
que yo presagio en ellas
el horizonte de caudalosos ríos.

VII

Tus muslos son los primeros megalitos,
eres todo el paisaje de la tierra/ y apareces frente a mí
para hacerte mi ídolo, y me arrodillo
y abrigo selvas en un beso.
Eres la tierra indivisible, y en tu rincón más fértil
pongo mi sexo a germinar como menhir.

VIII

¿Dónde acaba el retozo, mujer disfraz,
mujer de risa viento?
Dónde esperan por mí tus otros hombres
a descubrir el fuego y las nostalgias.
Voy a morir
y exijo que me borres.
¿Amanecerá de nuevo en tu recelo?
¿O seré sólo una mínima señal?

NOTA: Este poema me llevó a un Encuentro Nacional de Talleres Literarios. Por él conocí el paisaje insospechado de Topes de Collantes, aún en mi memoria, a hijos de su madre y oportunistas de la talla de Raúl Rivero, y a gente como William Zaroza y Sigfredo Ariel, ellos mismos la poesía, la amistad en persona.

(De Fuera de set, Rio de Janeiro, primavera de 2004)

jueves, 3 de agosto de 2006

SEÑALES DE LLUVIA



Yo soy un aura.
Vas a volver pájara descarriada
al bosque vas a gemir
entre hojarascas
y aquí estoy amaneciéndote
me entrego me masturbo
porque vas a partir:
el horror de los ojos te descubre.

Y eres un aura.
Estoy a un beso del suicidio
en estas ramas frágiles de quién
lavo mis manos en el cielo
siento tus gritos tu fatiga
pájara precoz en mi espesura
descuidaste el ardid
sueñas agostos y agostos y no eres:
la brisa de los ojos me delata.

Porque somos dos auras
-locos de veranos
vivos de sed soñando vientos
nos morimos el sexo en esta sombra
el esplendor de otra jornada
buitres vencidos por vencer
bajo qué cielo/ tristes
remontamos en bandada.

Qué olor a lluvia nos da forma.

(De Fuera de set, Rio de Janeiro, 2o04)