viernes, 20 de junio de 2008

PRONÓSTICO SUICIDA


Está lejos la noche; como que duerme sin alas, rotunda, donde no hay sitio abierto a las nostalgias. Lejos, tan lejos que no es posible deshacerle su estruendo, duerme sin sueño y en espera. Qué suerte la del pobre, la del viento tardío; qué magia la que salva al solitario; qué música esta la de la noche afuera, distante, a solo un pestañear.
(Quédense con nosotros pajaritos de plomo
no nos roben la luna imaginaria
no nos quemen el fuego de nuestro día. No,
pajaritos de ayeres
no se vayan así de solos que es muy tarde
y alguna luz habrá.)
¿O está lejos la noche? ¿Lejos estará el tiempo del buenos días, del beso en los dos ojos, de la mano crecida como un río de mayo? ¿O es otro cuento el horizonte? Vaya usted a saber.

Entre nosotros y la distancia hay una gran distancia. Apenas somos dueños de un espejo suicida y de cuatro paredes: de una danza borracha alrededor y en ese espacio ni la menor rendija.

Pero algo reta nuestros ojos abiertos.
O algo crece al alcance de otros ojos abiertos.
O algo tibio y virgen, casi una puerta
o un prisma o un rumor está a punto de abrirse.
Y nosotros, ahí mismo,
posiblemente ciegos de tanto adivinar,
muertos de vida, amándonos,
a un segundo después de tanto y tanto abismo.

1 comentario:

Margarita Garcia Alonso dijo...

Tremendo poema Aldaya, muy buen sitio. No nos perdamos de vista, yo tengo la poesia en el otro blog
http://codelamarga.blogspot.com/
eres bienvenido.
Abrazos,