miércoles, 20 de septiembre de 2006
DETALLES PARA UN RETRATO PÓSTUMO
-Regalaba cuchillos como flor de harina,
ardiendo
-Coleccionó zapatos que los ladrones
no supieron andar,
y mochilas de piedra
-Lo persiguen aún espejos cuarteados
de imágenes que prenden como incienso
a la deriva
-Y ya perdimos la esperanza
de ver si ha envejecido
porque hace tiempo cogió camino,
y esta es la hora...
NOTA: Este poema fue publicado por Ficcioneros y Margen Cero.
domingo, 17 de septiembre de 2006
A PROPÓSITO DEL “ANANGA RANGA”
Soy hombre no liebre, no toro, no caballo.
Hombre ordinario, de cuerpo justo.
Animal de nostalgia y corta voz.
Acostumbrado a ver el amor con ojos cenicientos,
virgen de alguna parte todavía
y confiado en no ceder
al vicio de ser macho,
aguardo una mujer común,
de olores neutros.
Mujer no corza, no burra, no elefante.
NOTA: Este poema fue publicado por Ficcioneros y Margen Cero.
domingo, 3 de septiembre de 2006
...
Allí vive el amor;
ébano luz el horizonte intacto
y atrás el planeta
de las flores silvestres.
Allí aguarda el amor, mío,
a que yo pase,
a que caiga en el cepo
de su balcón abierto;
a que yo vuelva
y deje al viento payaso del adiós
mover
sin rumbo
su ansia nido de oropéndola.
Allí se queda el amor.
Porque es noche, y llueve
y tengo miedo que el oscuro
me deje manco.
Allí se queda,
huérfano de mí hasta mañana.
Hasta quedarme solo yo también
a la orilla del sueño
y para no morir
evoque una mano organizando guerras
por la pendiente de mi espalda
y entreabra sordos mis labios
y lo deje matarme
de una vez.
ébano luz el horizonte intacto
y atrás el planeta
de las flores silvestres.
Allí aguarda el amor, mío,
a que yo pase,
a que caiga en el cepo
de su balcón abierto;
a que yo vuelva
y deje al viento payaso del adiós
mover
sin rumbo
su ansia nido de oropéndola.
Allí se queda el amor.
Porque es noche, y llueve
y tengo miedo que el oscuro
me deje manco.
Allí se queda,
huérfano de mí hasta mañana.
Hasta quedarme solo yo también
a la orilla del sueño
y para no morir
evoque una mano organizando guerras
por la pendiente de mi espalda
y entreabra sordos mis labios
y lo deje matarme
de una vez.
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