-Regalaba cuchillos como flor de harina,
ardiendo
-Coleccionó zapatos que los ladrones
no supieron andar,
y mochilas de piedra
-Lo persiguen aún espejos cuarteados
de imágenes que prenden como incienso
a la deriva
-Y ya perdimos la esperanza
de ver si ha envejecido
porque hace tiempo cogió camino,
y esta es la hora...
NOTA: Este poema fue publicado por Ficcioneros y
Margen Cero.
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