viernes, 14 de septiembre de 2012

COMO UNA DESPEDIDA


Adiós pájaro seco pájaro de otra muerte
pájaro que una tarde te robaste mi jaula.
Adiós tristeza mía.
Sigo creyendo en ti, tu sed,
el ala en vilo que dejaste sobre mi mano trunca.
Sigo creyendo en tu vuelo como en el sol de agosto.
Y como astro sin dueño te despido.
Adiós tristeza mía,
jaula que te dejaste violar por otra música;
mi fuente envenenada, mi hora de la siesta.
Sigo creyendo en ti
como creo en el vuelo rasante de mi mano
o en mi ala partida
o en la rana que salta de la luna a la luna.
Sigo creyendo en mí.
Y como es hora de mejor muerte me despido.
Adiós pájaro jaula pájaro guitarrón
pájaro rana de esta orilla sin norte.
Te dejaré la danza el cundiamor [1]
todo el sol que amanezca desde aquí a la montaña;
te dejaré la herida, el calendario, el eco.
Yo me voy como vine:
entre piedras anónimas
desnudo.
Con los ojos abiertos
me dejaré arrastrar
como una mancha por el río.


[1] Cundiamor: planta trepadora.

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